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Pumping Glowing Heart

Palpitaciones


 Consisten en la percepción de la actividad cardíaca. A menudo se describen como una sensación de aleteo, aceleración o salto de un latido. Son frecuentes, pero algunos pacientes las consideran desagradables y alarmantes. Las palpitaciones pueden presentarse en pacientes sin cardiopatía o pueden ser el resultado de una cardiopatía mortal. La clave para el diagnóstico y el tratamiento consiste en “capturar” el ritmo en el ECG y realizar observaciones minuciosas durante los episodios de palpitaciones.

 

Fisiopatología

Los mecanismos responsables de la percepción de las palpitaciones se desconocen. Habitualmente, un individuo no percibe el ritmo sinusal normal, lo que implica que las palpitaciones reflejan cambios en la frecuencia o el ritmo cardíaco. En todos los casos, lo que se siente es el movimiento anormal del corazón dentro del tórax.

En presencia de extrasístoles aisladas, el paciente puede en realidad percibir el latido posextrasistólico aumentado como latido “perdido” en lugar de registrar el latido prematuro propiamente dicho, lo que se debe a que la extrasístole bloquea el siguiente latido sinusal y permite un llenado ventricular más prolongado y, en consecuencia, un mayor volumen sistólico.

La presentación clínica de los fenómenos cardíacos es muy variable. Algunos pacientes perciben casi todas las extrasístoles ventriculares, mientras que otros no advierten siquiera taquicardias auriculares o ventriculares complejas. La percepción aumenta en individuos sedentarios, ansiosos o deprimidos y disminuye en personas activas y felices. Algunos individuos sienten palpitaciones sin una actividad cardíaca anormal.

 

Etiología

Algunos individuos sólo presentan una mayor sensibilidad a la percepción de la actividad cardíaca normal, en particular cuando realizan ejercicio, cursan una enfermedad febril o atraviesan un estado de ansiedad que incrementa la frecuencia cardíaca. Sin embargo, se justifica la evaluación rápida de una arritmia como causa de palpitaciones. Las arritmias pueden ser desde benignas hasta potencialmente mortales.

Las arritmias más frecuentes que generan palpitaciones son:

·         Extrasístoles auriculares

·         Extrasístoles ventriculares

Ambas arritmias suelen ser inocuas.

Otras arritmias frecuentes son:

·         Fibrilacion auricular o flutter auricular

·         Taquicardia supraventricular paroxística

·         Taquicardia por reentrada en el nodo auriculoventricular

·         Taquicardia ventricular

Las bradiarritmias rara vez motivan una consulta por palpitaciones aunque algunos pacientes son conscientes de la velocidad lenta.

Causas de arritmias

Algunas arritmias (p. ej., extrasístoles auriculares y ventriculares, taquicardia supraventricular paroxística) suelen aparecer espontáneamente en pacientes sin enfermedades subyacentes graves, pero otras son el resultado de una cardiopatía grave.

Las causas cardíacas graves incluyen la isquemia miocárdica u otras enfermedades miocárdicas, cardiopatías congénitas (p.ej.: síndrome de Brugada, miocardiopatia ventricular derecha arritmogénica, síndrome de QT largo congénito), valvulopatías y trastornos de la conducción cardíaca (p. ej., alteraciones que causan bradicardia o bloqueo auriculoventricular). Los pacientes con hipotensión ortostática suelen percibir palpitaciones causadas por la taquicardia sinusal que aparece al ponerse de pie.

 

Las enfermedades no cardíacas que incrementan la contractilidad miocárdica (p. ej., tirotoxicosis, feocromocitoma, ansiedad) pueden causar palpitaciones.

Algunos fármacos, como digital, cafeína, alcohol, nicotina y simpaticomiméticos (p. ej., albuterol, anfetaminas, cocaína, dobutamina, adrenalina, efedrina, isoproterenol, noradrenalina y teofilina) frecuentemente causan o exacerban las palpitaciones.

Los trastornos metabólicos, como la anemia , la hipoxia, la hipovolemia y los desequilibrios electrolíticos (p. ej., hipopotasemia inducida por diuréticos) pueden desencadenar o exacerbar las palpitaciones

 

Consecuencias

Muchas arritmias que causan palpitaciones no producen consecuencias fisiológicas adversas por ellas mismas (es decir, las consecuencias son independientes del trastornos fisiológico). Sin embargo, las bradicardias, las taquicardias y los bloqueos auriculoventriculares pueden aparecer en forma impredecible y afectar de manera adversa el gasto cardíaco, causando hipotensión arterial o la muerte. A veces, las taquicardias ventriculares degeneran en una fibrilación ventricular.

 

Evaluación

La anamnesis completa y exploración del examen físico son fundamentales. Debe pedirse a otros médicos u observadores fiables que examinen al paciente a modo de control.

Anamnesis

 

Antecedentes de la enfermedad actual: deben investigarse la frecuencia y la duración de las palpitaciones y los factores que las provocan o las exacerban (p. ej., tensiones emocionales, actividad, cambios de posición, consumo de cafeína u otros fármacos).

 

Los síntomas asociados más importantes incluyen síncope, mareos, visión "túnel", disnea y dolor torácico.

 

Se obtiene más información útil cuando se pide a los pacientes que reproduzcan la frecuencia y el ritmo de las palpitaciones que cuando se obtiene una descripción verbal de ellas, lo que a menudo permite arribar a un diagnóstico definitivo, como en el “latido perdido” de una extrasístole auricular o ventricular o en la irregularidad total rápida de la fibrilación auricular.

 

Revisión por aparatos y sistemas: deben buscarse síntomas de las enfermedades causantes, como intolerancia al calor, pérdida de peso y temblores (hipertiroidismo), dolor torácico y disnea durante el ejercicio (isquemia miocárdica) y cansancio, debilidad, hemorragia abundante de la vagina y heces oscuras alquitranadas (anemia).

 

Antecedentes médicos: deben identificarse causas potenciales, como arritmias y cardiopatías o enfermedades tiroideas documentadas previamente. Entre los antecedentes familiares, deben buscarse miembros de la familia con síncope (algunas veces descritos erróneamente como convulsiones) o muerte súbita a edades tempranas.

 

Hay que revisar el perfil farmacológico del paciente para identificar fármacos prescritos que puedan ser responsables del trastorno (p. ej., antiarrítmicos, digoxina, agonistas beta-adrenérgicos, teofilina y fármacos que limitan la frecuencia cardíaca), fármacos de venta libre (p. ej., medicamentos para el resfriado y la sinusitis, suplementos dietéticos con estimulantes), incluso medicinas alternativas y drogas ilegales (como cocaína, metanfetaminas).

Debe determinarse si el paciente consume cafeína (p. ej., café, té, varias bebidas gaseosas y energizantes), alcohol y cigarrillos.

Examen físico

 

El examen general debe identificar un trastorno de ansiedad o de agitación psicomotriz. Deben evaluarse los signos vitales para hallar fiebre, hipertensión o hipotensión arterial, taquicardia, bradicardia, taquipnea y disminución de la saturación de oxígeno. Hay que evaluar la presencia de cambios ortostáticos en la presión arterial y la frecuencia cardíaca.

 

En el examen de la cabeza y el cuello, deben buscarse alteraciones o asincronías en las ondas del pulso yugular comparadas con las del pulso carotídeo o el ritmo cardíaco auscultado y signos de hipertiroidismo, como tiroideomegalia o hipersensibilidad a la palpación del área y exoftalmos. También deben inspeccionarse las conjuntivas, los surcos palmares y la mucosa yugal para identificar palidez.

 

Durante la auscultación cardíaca, deben determinarse la frecuencia y la regularidad del ritmo, y también la presencia de soplos o ruidos cardíacos extraordinarios que pueden sugerir una valvulopatía o una cardiopatía estructural subyacente.

 

En el examen neurológico, deben identificarse temblores en reposo o reflejos aumentados (que sugieren una estimulación simpática). Un hallazgo neurológico anormal asociado con síncope sugiere que la causa de las palpitaciones puede ser una convulsión en lugar de una cardiopatía.

 

Signos de alarma

Algunos hallazgos sugieren una etiología más grave:

·         Mareos o síncope (en particular si se produce una lesión secundaria al síncope)

·         Dolor torácico

·         Disnea

·         Irregularidad en el ritmo cardíaco de comienzo reciente

·         Frecuencia cardíaca >120 latidos/minuto o < 45 latidos/minuto en reposo

·         Cardiopatía subyacente significativa

·         Antecedentes familiares de síncope recurrente o muerte súbita

·         Palpitaciones o, particularmente, síncope inducido por el ejercicio

Interpretación de los hallazgos

 

Los antecedentes y, en menor medida, el examen físico proporcionan pistas para determinar el diagnóstico. La palpación del pulso arterial y la auscultación cardíaca pueden revelar un trastorno del ritmo.

 

No obstante, el examen no siempre permite arribar al diagnóstico de un ritmo específico, salvo cuando identifica una irregularidad exclusiva de algún tipo de fibrilación auricular rápida irregular, la irregularidad regular de las extrasístoles auriculares o ventriculares acopladas, la taquicardia regular a 150 latidos/minuto de la TPSV (taquicardia paroxística supraventricular) y la bradicardia regular de < 35 latidos/minuto del bloqueo auriculoventricular completo.

 

El examen minucioso de las ondas del pulso venoso yugular en forma simultánea con la auscultación y la palpación de la arteria carótida permiten evaluar el ritmo auricular a través de las ondas yugulares, mientras que los ruidos auscultados o el pulso en las carótidas reflejan la contracción ventricular.

La tiroideomegalia o el dolor a la palpación del área tiroidea con exoftalmos sugieren una tirotoxicosis. La hipertensión arterial significativa y la taquicardia regular sugieren un feocromocitoma.

 

Estudios complementarios

En general se indican las siguientes pruebas.

·         ECG, a veces con monitorización ambulatoria

·         Pruebas de laboratorio

·         En ocasiones, estudios de diagnóstico por la imagen o pruebas de esfuerzo

Debe obtenerse un ECG, pero salvo que se registre durante los síntomas, puede no confirmar el diagnóstico. Muchas arritmias cardíacas son intermitentes y no se asocian con alteraciones fijas en el ECG, excepto

 

·         Síndrome de Wolff-Parkinson-White

·         Síndrome de QT largo

·         Miocardiopatía con displasia arritmogénica del ventrículo derecho

·         Síndrome de Brugada y sus variedades

Si no se llega a un diagnóstico y los síntomas son frecuentes, la monitorización con Holter durante 24 a 48 h resulta útil; en presencia de síntomas intermitentes, debe utilizarse un grabador durante un período más prolongado, activado por el paciente cuando percibe síntomas.

Estas pruebas se realizan sobre todo cuando se sospecha una arritmia sostenida, más que cuando los síntomas sólo sugieren una extrasístole ocasional.

Los pacientes con síntomas extraños que hacen que el médico sospeche una arritmia grave pueden requerir el implante de un dispositivo debajo de la piel de la parte superior del tórax. Este dispositivo, a menudo llamado grabador de bucles, registra en forma continua el ritmo y puede descargar el registro de este ritmo en una máquina externa que lo imprime.

 

Finalmente, una variedad de productos a la venta que los pacientes podrían estar consumiendo pueden proporcionar información útil adicional. Estos productos incluyen monitores de salud para la actividad física, que controlan la frecuencia cardíaca, y monitores de ECG móviles, que están disponibles para teléfonos y relojes.

 

En todos los pacientes deben obtenerse pruebas de laboratorio. Deben medirse el hemograma y los electrolitos séricos, incluyendo magnesio y calcio. La evaluación adicional depende de las probables causas. El marcador cardíaco troponina debe medirse en todos los pacientes con arritmias persistentes, molestias torácicas u otros síntomas que sugieran una isquemia coronaria activa o reciente, miocarditis o pericarditis.

 

Cuando se descubre una fibrilación auricular o síntomas de hipertiroidismo, deben obtenerse pruebas de la función tiroidea. Los pacientes con hipertensión arterial paroxística deben someterse a pruebas para detectar un feocromocitoma.

En los pacientes con síncope postural, suele solicitarse una prueba de la mesa basculante.

A veces se indican estudios de diagnóstico por imágenes. Los pacientes con arritmia de diagnóstico reciente, hallazgos compatibles con disfunción cardíaca o signos que sugieran una cardiopatía estructural requieren una ecocardiografía y, en ocasiones, una resonancia magnética (RM) cardíaca.

Los pacientes con síntomas durante el ejercicio requieren pruebas de estrés, como ecocardiografía de estrésgammagrafía nuclear o tomografía por emisión de positrones (PET).

 

Tratamiento

Deben suspenderse los fármacos y las sustancias que pueden causar síncope y que puedan precipitar los episodios. Si un fármaco que el paciente debe recibir obligadamente le genera una arritmia peligrosa para su vida o debilitante, hay que intentar el cambio a otro medicamento.

 

En presencia de extrasístoles auriculares o ventriculares aisladas sin cardiopatía estructural, la simple tranquilización del paciente resulta apropiada.

En pacientes sanos que consideran que estos fenómenos son incapacitantes, puede indicarse un beta-bloqueante y deben realizarse todos los esfuerzos posibles para que los pacientes ansiosos comprendan que no tienen una enfermedad grave.

Los trastornos del ritmo y las enfermedades subyacentes deben investigarse y tratarse según la causa

Disnea

 


Disnea

Es básicamente la sensación de falta de aire, la respiración desagradable o molesta y según la causa, se experimenta y se describe de diferente forma por los pacientes. Esta puede ser esencialmente causada por problemas pulmonares, cardiacos o propios de las vías respiratorias en cualquiera de su trayecto

Fisiopatología

Si bien la disnea es un problema relativamente frecuente, la fisiopatología de la sensación desagradable al respirar no se comprende en su totalidad. A diferencia de lo que sucede con otros estímulos nocivos, no hay receptores especializados para la disnea (aunque estudios por RM han permitido identificar algunas áreas específicas en el mesencéfalo que pueden mediar la percepción de la disnea).

Es probable que la experiencia de la disnea se produzca por la interacción compleja entre la estimulación de quimiorreceptores, alteraciones mecánicas en la respiración y la percepción de esas alteraciones por el sistema nervioso central. Algunos autores han descrito el desequilibrio entre la estimulación neurológica y los cambios mecánicos en los pulmones y la pared torácica como un desacoplamiento neuromecánico.

Etiología

 

La disnea tiene muchas causas pulmonares, cardíacas y de otro tipo, que varían de acuerdo con la agudeza del comienzo

 

Las causas más comunes son

·         Asma

·         Enfermedad pulmonar obstructiva crónica

·         Insuficiencia cardíaca

·         Isquemia miocárdica

·         falta de acondicionamiento físico

·         Neumonía


La causa más común de disnea en pacientes con trastornos pulmonares o cardíacos crónicos es

·         Exacerbación de su enfermedad

Sin embargo, estos pacientes también pueden desarrollar en forma aguda otra enfermedad (p. ej., un paciente con asma de larga duración puede tener un infarto de miocardio; uno con insuficiencia cardíaca crónica puede presentar una neumonía).

Evaluación 

Anamnesis

 

Antecedentes de la enfermedad actual: debe cubrir la duración, el comienzo temporal (p. ej., abrupto, lento y silencioso) y los factores que lo provocan o exacerban (p. ej., exposición a alérgeno, frío, actividad física, decúbito supino).

La gravedad puede determinarse mediante la evaluación del nivel de actividad necesaria para causar disnea (p. ej., la disnea en reposo es más grave que la disnea sólo cuando se suben escaleras).

Los médicos deben registrar cuánto cambia ésta respecto del estado usual del paciente.

 

La revisión por aparatos y sistemas debe buscar síntomas de las posibles causas, como dolor o presión en el tórax (embolia pulmonar , isquemia miocárdica, neumonía), edema de declive, ortopnea y disnea paroxística nocturna (insuficiencia cardíaca), fiebre, escalofríos, tos y producción de esputo (neumonía), melena o menstruaciones intensas (el sangrado oculto es la posible causa de la anemia), y pérdida de peso o sudoración nocturna (cáncer o infección pulmonar crónica).

 

Antecedentes personales: debe cubrir trastornos que se sabe causan disnea, como asmaenfermedad pulmonar obstructiva crónica y cardiopatía, así como factores de riesgo para las diferentes etiologías:

 

·         Antecedente de tabaquismo (para cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, algunas enfermedades pulmonares intersticiales y cardiopatía)

·         Antecedente familiar, hipertensión y concentraciones elevadas de colesterol (para la coronariopatía)

·         Inmovilización o cirugía reciente, viaje reciente de distancias largas, cáncer o factores de riesgo o signos para cáncer oculto, antecedentes personales o familiares de trastornos de la coagulación, embarazo, uso de anticonceptivos orales, dolor en la pantorrilla, edema en las piernas y trombosis venosa profunda, para la embolia pulmonar

Deben investigarse las exposiciones ocupacionales (p. ej., gases, humo, asbestos).

 

Examen físico

Se evalúan los signos vitales en busca de fiebre, taquicardia y taquipnea.

El examen se enfoca en los aparatos cardiovascular y respiratorio.

Se realiza un examen pulmonar completo, que incluya sobre todo la entrada y la salida adecuadas de aire, la simetría del murmullo vesicular y la presencia de crepitantes, estertores, estridor y sibilancias. Deben buscarse signos de consolidación (p. ej., egofonía, matidez a la percusión). Las áreas cervical, supraclavicular e inguinal deben ser inspeccionadas y palpadas para determinar la presencia de linfadenopatías.

Se inspeccionan las venas del cuello para determinar si hay distensión y se palpan las piernas y la zona presacra a fin de establecer el edema depresible (que sugiere en ambos casos insuficiencia cardíaca).

Se auscultan los ruidos cardíacos con registro de todo ruido cardíaco extra, ruidos cardíacos apagados o soplo. Pueden realizarse estudios complementarios en busca de pulso paradójico (una disminución > 10 mmHg de la tensión arterial sistólica durante la inspiración) inflando un manguito de presión hasta 20 mmHg por encima de la presión sistólica y luego desinflándolo lentamente hasta que se escuche el primer ruido de Korotkoff solo durante la espiración. Cuando el manguito se desinfla más, se registra el punto en el cual el primer ruido de Korotkoff se escucha tanto en la inspiración como en la espiración. Si la diferencia entre la primera y la segunda medición es > 10 mmHg, entonces hay un pulso paradójico.

 

Debe examinarse la conjuntiva para determinar si hay palidez.

Signos de alarma

Los siguientes hallazgos son de particular importancia:

·         Disnea en reposo durante el examen

·         Disminución del nivel de conciencia o agitación o confusión

·         Uso de los músculos accesorios y excursión de aire deficiente

·         Dolor torácico

·         Crepitantes

·         Pérdida de peso

·         Sudoración nocturna

·         Palpitaciones

 

Interpretación de los hallazgos

Los antecedentes y el examen físico a menudo sugieren una causa y orientan los estudios complementarios ulteriores. Hay varios hallazgos para señalar:

·         Las sibilancias sugieren asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

·         El estridor sugiere obstrucción extratorácica de la vía aérea (p. ej., cuerpo extraño, epiglotitis, disfunción de las cuerdas vocales).

·         Los crepitantes sugieren insuficiencia cardíaca izquierda, enfermedad pulmonar intersticial o, si se acompaña por signos de consolidación, neumonía.

Sin embargo, los signos y síntomas de enfermedades potencialmente mortales, como una isquemia miocárdica y una embolia pulmonar, pueden ser inespecíficos.  Además, la intensidad de los síntomas no siempre es proporcional a la gravedad de la causa (p. ej., embolia pulmonar en una persona saludable y entrenada puede causar sólo disnea leve). Por lo tanto, es prudente que el médico esté muy atento a la posibilidad de estas enfermedades comunes.

Es adecuado descartar estos trastornos antes de atribuir la disnea a una etiología menos grave.

Una regla de predicción clínica puede ayudar a estimar el riesgo de embolia pulmonar. Nótese que un valor normal de la saturación de oxígeno no descarta una embolia pulmonar.

El síndrome de hiperventilación es un diagnóstico de exclusión. Dado que la hipoxia puede causar taquipnea y agitación, es poco prudente asumir que toda persona joven y ansiosa que respira en forma rápida simplemente tiene un síndrome de hiperventilación.

 

Estudios complementarios

 En todos los pacientes debe realizarse una oximetría de pulso y también una radiografía de tórax, a menos que los síntomas están claramente causados por una exacerbación leve o moderada de un trastorno conocido. Por ejemplo, a los pacientes con asma o insuficiencia cardíaca no es necesario realizarles una radiografía en cada episodio, a menos que los hallazgos clínicos sugieran otra causa o sea un ataque inusualmente grave.

A la mayoría de los pacientes adultos se les debe realizar un ECG para detectar una isquemia miocárdica (y pruebas de marcadores cardíacos si el grado de sospecha es alto) a menos que pueda descartarse por la clínica la isquemia miocárdica.

En los pacientes con estado respiratorio grave o que se deteriora, es preciso solicitar la medición de gases en sangre arterial a fin de cuantificar de modo más preciso la hipoxemia, la PaCO2, y para diagnosticar cualquier trastorno del equilibrio ácido-base que estimule la hiperventilación y calcular el gradiente alveolar-arterial.

 

Los pacientes en los que no se llega a un diagnóstico claro después de la radiografía de tórax y el ECG y tienen un riesgo moderado o alto de sufrir embolia pulmonar, deben ser sometidos a una angiografía por TC o un estudio de ventilación/perfusión.

A los que tienen un riesgo bajo se les puede realizar la prueba del dímero D (un valor normal del dímero D descarta de manera concluyente la embolia pulmonar en un paciente con bajo riesgo).

La disnea crónica puede exigir la realización de otras pruebas, como una TC, pruebas de la función pulmonar, ecocardiografía y broncoscopia.