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Pumping Glowing Heart

Disnea

 


Disnea

Es básicamente la sensación de falta de aire, la respiración desagradable o molesta y según la causa, se experimenta y se describe de diferente forma por los pacientes. Esta puede ser esencialmente causada por problemas pulmonares, cardiacos o propios de las vías respiratorias en cualquiera de su trayecto

Fisiopatología

Si bien la disnea es un problema relativamente frecuente, la fisiopatología de la sensación desagradable al respirar no se comprende en su totalidad. A diferencia de lo que sucede con otros estímulos nocivos, no hay receptores especializados para la disnea (aunque estudios por RM han permitido identificar algunas áreas específicas en el mesencéfalo que pueden mediar la percepción de la disnea).

Es probable que la experiencia de la disnea se produzca por la interacción compleja entre la estimulación de quimiorreceptores, alteraciones mecánicas en la respiración y la percepción de esas alteraciones por el sistema nervioso central. Algunos autores han descrito el desequilibrio entre la estimulación neurológica y los cambios mecánicos en los pulmones y la pared torácica como un desacoplamiento neuromecánico.

Etiología

 

La disnea tiene muchas causas pulmonares, cardíacas y de otro tipo, que varían de acuerdo con la agudeza del comienzo

 

Las causas más comunes son

·         Asma

·         Enfermedad pulmonar obstructiva crónica

·         Insuficiencia cardíaca

·         Isquemia miocárdica

·         falta de acondicionamiento físico

·         Neumonía


La causa más común de disnea en pacientes con trastornos pulmonares o cardíacos crónicos es

·         Exacerbación de su enfermedad

Sin embargo, estos pacientes también pueden desarrollar en forma aguda otra enfermedad (p. ej., un paciente con asma de larga duración puede tener un infarto de miocardio; uno con insuficiencia cardíaca crónica puede presentar una neumonía).

Evaluación 

Anamnesis

 

Antecedentes de la enfermedad actual: debe cubrir la duración, el comienzo temporal (p. ej., abrupto, lento y silencioso) y los factores que lo provocan o exacerban (p. ej., exposición a alérgeno, frío, actividad física, decúbito supino).

La gravedad puede determinarse mediante la evaluación del nivel de actividad necesaria para causar disnea (p. ej., la disnea en reposo es más grave que la disnea sólo cuando se suben escaleras).

Los médicos deben registrar cuánto cambia ésta respecto del estado usual del paciente.

 

La revisión por aparatos y sistemas debe buscar síntomas de las posibles causas, como dolor o presión en el tórax (embolia pulmonar , isquemia miocárdica, neumonía), edema de declive, ortopnea y disnea paroxística nocturna (insuficiencia cardíaca), fiebre, escalofríos, tos y producción de esputo (neumonía), melena o menstruaciones intensas (el sangrado oculto es la posible causa de la anemia), y pérdida de peso o sudoración nocturna (cáncer o infección pulmonar crónica).

 

Antecedentes personales: debe cubrir trastornos que se sabe causan disnea, como asmaenfermedad pulmonar obstructiva crónica y cardiopatía, así como factores de riesgo para las diferentes etiologías:

 

·         Antecedente de tabaquismo (para cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, algunas enfermedades pulmonares intersticiales y cardiopatía)

·         Antecedente familiar, hipertensión y concentraciones elevadas de colesterol (para la coronariopatía)

·         Inmovilización o cirugía reciente, viaje reciente de distancias largas, cáncer o factores de riesgo o signos para cáncer oculto, antecedentes personales o familiares de trastornos de la coagulación, embarazo, uso de anticonceptivos orales, dolor en la pantorrilla, edema en las piernas y trombosis venosa profunda, para la embolia pulmonar

Deben investigarse las exposiciones ocupacionales (p. ej., gases, humo, asbestos).

 

Examen físico

Se evalúan los signos vitales en busca de fiebre, taquicardia y taquipnea.

El examen se enfoca en los aparatos cardiovascular y respiratorio.

Se realiza un examen pulmonar completo, que incluya sobre todo la entrada y la salida adecuadas de aire, la simetría del murmullo vesicular y la presencia de crepitantes, estertores, estridor y sibilancias. Deben buscarse signos de consolidación (p. ej., egofonía, matidez a la percusión). Las áreas cervical, supraclavicular e inguinal deben ser inspeccionadas y palpadas para determinar la presencia de linfadenopatías.

Se inspeccionan las venas del cuello para determinar si hay distensión y se palpan las piernas y la zona presacra a fin de establecer el edema depresible (que sugiere en ambos casos insuficiencia cardíaca).

Se auscultan los ruidos cardíacos con registro de todo ruido cardíaco extra, ruidos cardíacos apagados o soplo. Pueden realizarse estudios complementarios en busca de pulso paradójico (una disminución > 10 mmHg de la tensión arterial sistólica durante la inspiración) inflando un manguito de presión hasta 20 mmHg por encima de la presión sistólica y luego desinflándolo lentamente hasta que se escuche el primer ruido de Korotkoff solo durante la espiración. Cuando el manguito se desinfla más, se registra el punto en el cual el primer ruido de Korotkoff se escucha tanto en la inspiración como en la espiración. Si la diferencia entre la primera y la segunda medición es > 10 mmHg, entonces hay un pulso paradójico.

 

Debe examinarse la conjuntiva para determinar si hay palidez.

Signos de alarma

Los siguientes hallazgos son de particular importancia:

·         Disnea en reposo durante el examen

·         Disminución del nivel de conciencia o agitación o confusión

·         Uso de los músculos accesorios y excursión de aire deficiente

·         Dolor torácico

·         Crepitantes

·         Pérdida de peso

·         Sudoración nocturna

·         Palpitaciones

 

Interpretación de los hallazgos

Los antecedentes y el examen físico a menudo sugieren una causa y orientan los estudios complementarios ulteriores. Hay varios hallazgos para señalar:

·         Las sibilancias sugieren asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

·         El estridor sugiere obstrucción extratorácica de la vía aérea (p. ej., cuerpo extraño, epiglotitis, disfunción de las cuerdas vocales).

·         Los crepitantes sugieren insuficiencia cardíaca izquierda, enfermedad pulmonar intersticial o, si se acompaña por signos de consolidación, neumonía.

Sin embargo, los signos y síntomas de enfermedades potencialmente mortales, como una isquemia miocárdica y una embolia pulmonar, pueden ser inespecíficos.  Además, la intensidad de los síntomas no siempre es proporcional a la gravedad de la causa (p. ej., embolia pulmonar en una persona saludable y entrenada puede causar sólo disnea leve). Por lo tanto, es prudente que el médico esté muy atento a la posibilidad de estas enfermedades comunes.

Es adecuado descartar estos trastornos antes de atribuir la disnea a una etiología menos grave.

Una regla de predicción clínica puede ayudar a estimar el riesgo de embolia pulmonar. Nótese que un valor normal de la saturación de oxígeno no descarta una embolia pulmonar.

El síndrome de hiperventilación es un diagnóstico de exclusión. Dado que la hipoxia puede causar taquipnea y agitación, es poco prudente asumir que toda persona joven y ansiosa que respira en forma rápida simplemente tiene un síndrome de hiperventilación.

 

Estudios complementarios

 En todos los pacientes debe realizarse una oximetría de pulso y también una radiografía de tórax, a menos que los síntomas están claramente causados por una exacerbación leve o moderada de un trastorno conocido. Por ejemplo, a los pacientes con asma o insuficiencia cardíaca no es necesario realizarles una radiografía en cada episodio, a menos que los hallazgos clínicos sugieran otra causa o sea un ataque inusualmente grave.

A la mayoría de los pacientes adultos se les debe realizar un ECG para detectar una isquemia miocárdica (y pruebas de marcadores cardíacos si el grado de sospecha es alto) a menos que pueda descartarse por la clínica la isquemia miocárdica.

En los pacientes con estado respiratorio grave o que se deteriora, es preciso solicitar la medición de gases en sangre arterial a fin de cuantificar de modo más preciso la hipoxemia, la PaCO2, y para diagnosticar cualquier trastorno del equilibrio ácido-base que estimule la hiperventilación y calcular el gradiente alveolar-arterial.

 

Los pacientes en los que no se llega a un diagnóstico claro después de la radiografía de tórax y el ECG y tienen un riesgo moderado o alto de sufrir embolia pulmonar, deben ser sometidos a una angiografía por TC o un estudio de ventilación/perfusión.

A los que tienen un riesgo bajo se les puede realizar la prueba del dímero D (un valor normal del dímero D descarta de manera concluyente la embolia pulmonar en un paciente con bajo riesgo).

La disnea crónica puede exigir la realización de otras pruebas, como una TC, pruebas de la función pulmonar, ecocardiografía y broncoscopia.