Obesidad como factor de riesgo cardiovascular modificable
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Se
considera que la obesidad es una enfermedad que por sí sola, aumenta el riesgo
a padecer problemas de las arterias del corazón, predisponiendo a enfermedades cardiovasculares,
pero también hay que considerar que la obesidad está muy relacionada con la
hipertensión arterial, la dislipidemia, la ateroesclerosis y la diabetes mellitus,
que aumentan mucho más el riesgo a padecer enfermedades del aparato
cardiovascular.
La obesidad se presenta debido a una interacción entre factores
genéticos predisponentes y factores ambientales, como los actuales hábitos de
alimentación, que involucran poca ingesta de vegetales y frutas además de una elevada
ingesta de alimentos procesados, elevadas cantidades de sal y grasas saturadas, esto sin incluir los nuevos hábitos que nos llevan al sedentarismo, causados por
muchos de los avances tecnológicos que, entre otras cosas, nos llevan a pasar
mucho tiempo en una silla y poco tiempo con adecuada actividad física, sin
darnos cuenta de las repercusiones que se tienen sobre nuestra salud
cardiovascular.
Como
saber si tenemos obesidad y a su vez, que tanto puede estar afectando nuestra
salud cardiovascular?
Para
esto, usamos algo a lo que se le conoce como índice de masa corporal (IMC) y la
medición de la circunferencia abdominal.
el
IMC es la relación que se tiene entre el peso en kilogramos y la estatura de
una persona, y se calcula, por supuesto, pesando y midiendo a la persona para
luego relacionar ambos parámetros. Esto se hace mediante una formula que
es:
una
vez obtenido el resultado, comparamos con algunos valores preestablecidos
para saber si nuestro peso es ideal o se encuentra fuera de los limites normales,
además de saber que tan asociado puede estar con el riesgo para la salud
cardiovascular. Los valores son los siguientes:
Este valor si bien,
es aceptado por muchas asociaciones de salud para diagnosticar y estimar riesgo
de enfermedad cardiovascular, debemos tener en cuenta que se presenta la
posibilidad de que algunos pacientes tengan el IMC elevado sin tener
necesariamente problemas de obesidad o predisposición a problemas
cardiovasculares. Estos casos son frecuente en algunos deportistas.
Otro punto muy
importante a tener en cuenta, es que, no necesariamente debe estar elevado el
IMC para tener predisposición o problemas cardiovasculares, se puede tener predisposición a problemas cardiovasculares aunque se cuente con un IMC normal o incluso por debajo de lo esperado.
Debido a que existen
casos como los que acabamos de plantar, se hace necesaria la medición de otro parámetro que
conocemos como circunferencia abdominal y determina la presencia o ausencia de obesidad abdominal
Esta adquiere particular importancia
debido a que ,en su mayoría, aquellas personas que padecen de obesidad central
tienen una estrecha relación y una muy alta probabilidad de padecer
enfermedades cardiovasculares, incluso en aquellos casos donde el IMC está por
debajo de valores que consideramos como anormales.
También, en aquellas personas
que tienen un IMC bastante alto, pero tienen una circunferencia abdominal
dentro de lo que se considera normal, debemos pensar que su riesgo a padecer
enfermedades cardiovasculares, no es tan elevada como lo expresaría solo la medición
de su IMC.
Así pues, la
circunferencia abdominal, es un indicador que se hace necesario tenerlo en
cuenta cada vez que intentamos saber sobre nuestro estado y predisposición a
problemas cardiovasculares.